ELECCIONES ESTILO HONDURAS
Por: Jorge Alberto Palma C.[1]
“En memoria de Marcos Martínez, líder de la Resistencia Contra el Golpe de Estado en Honduras, residente en la Colonia Divanna, de Comayagüela, quien falleció recientemente de forma aún Confusa”
Todo estaba listo, la población esperaba con mucho entusiasmo las próximas elecciones. Todo indicaba que el “LEON” del liberalismo, Modesto Rodas Alvarado, sería electo como el nuevo presidente Constitucional de la República de Honduras.
Nadie se imaginaba que el 3 de octubre a escasos 10 días de la realización del proceso electoral, el que concluiría el 13 de octubre de 1963, los militares al mando del entonces coronel Osvaldo López Arellano, irrumpirían de nuevo en la vida democrática del país con un sangriento Golpe de Estado, en contra del gobierno liberal presidido por Ramón Villeda Morales .La consumación del golpe fue dirigida para que Rodas, militante del partido de gobierno, no ganara las elecciones.
En la conspiración político-militar le correspondió al Partido Nacional (PN), jugar el papel de brazo ideológico del Golpe junto a un sector conservador del propio Partido Liberal: Las cabezas más visibles en la trama, fueron el abogado Ricardo Zuniga agustinus y Mario Rivera López, quienes se convirtieron en los hombres fuertes de los militares, el primero, como Ministro de la Presidencia, y el segundo, como Presidente del Congreso Nacional.
Los altos mandos militares y los militantes nacionalistas contaron con la colaboración de traidores del Partido Liberal, como: el propio Villeda Morales, quien meses después se convirtió en Embajador de Honduras ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en representación del gobierno usurpador, el abogado Oscar A. Flores, quien se desempeñó como Magistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), el abogado Andrés Alvarado Puerto, ex candidato presidencial y favorito de Villeda, Enrique Ortéz Pinel, ex Ministro de Educación, y otros militantes del partido de gobierno[2].
Ese fatídico día (3 de octubre), el ejército aniquiló a la Guardia Civil (GC), quienes a escasas 48 horas antes del Golpe habían sido desarmados por órdenes presidenciales. Muchos Guardias y militantes liberales fueron asesinados, otros fueron capturados y retenidos en el Estadio Nacional, para posteriormente ser enviados a la Penitenciaria Central (PC).
A partir del Golpe y al contar con todas las estructuras del Estado, los militares y militantes Nacionalistas, organizaron el grupo político-militar, conocido popularmente como ” la Mancha Brava” dirigido por la señora Débora de Bude. Esta estructura fue una copia al carbón de la Organización Democrática Nacionalista (ORDEN), brazo político-militar del Partido Conciliación Nacional, con quienes los militares salvadoreños gobernaron ese país por muchos años.
Para consolidarse en el poder los militares convocaron elecciones para conformar una Asamblea Nacional Constituyente que redactara una nueva Carta Magna. Los comicios se realizaron en el mes de febrero de 1965. El partido Nacional de manera fraudulenta alcanzó 35 representantes, y el Partido Liberal obtuvo 29 diputados.
Estas elecciones por el fraude y la campaña de terror que la Mancha Brava, policías y militares impusieron, llegaron a conocerse en el país y fuera de él como las “Elecciones Estilo Honduras”, ya que: Existió la compra de votos, a muchos electores los embriagaban con guaro, a otros los hicieron que se tragaran el voto, todo ello se hizo especialmente con los ciudadanos de filiación Liberal.
La papeleta electoral que se utilizó no tenía fotos ni nombre de los candidatos, cada partido emitía su papeleta electoral y la distribuía a sus seguidores a través de sus activistas, incluso con varios días de anticipación.
Al establecerse la Asamblea Nacional Constituyente, estos redactaron una nueva Constitución, con muy pocos cambios en relación a la de 1957. Los Constituyentes eligieron a López Arellano, como Presidente Constitucional en elecciones de segundo grado, con la venia de los nacionalistas y unos pocos liberales.
Este gobierno fue represivo y entre otras cosas hizo que a fuerza de terror fuera aceptado por la ciudadanía, entre los actos de represión más destacados sobresalen los siguientes:
Con el auxilio de la Mancha Brava destruyó el Sindicato de Textiles Rio Lindo y a fuerza de garrotazos, gases y toletazos, acabó con la huelga general de la FECESITLIH, que esta Central obrera había decretado en apoyo a los textileros, Muchos dirigentes sindicales fueron llevados presos a la Penitenciaria, y otros, fueron enviados al exilio.
En 1968 el gremio magisterial y estudiantil realizaron una huelga en contra de la presencia de los Consorcios de las Universidades de la Florida, los que pretendían con el aval del gobierno fascista de López Arellano, apoderarse de la educación pública. En tal ocasión los maestros y estudiantes fueron duramente reprimidos, pero al final triunfó el pueblo, el consorcio tuvo que abandonar el país.
Posteriormente el Gobierno quiso imponer nuevas cargas tributarias a través de los llamados “Protocolos de San José”, que eran una serie de medidas fiscales impuestas a Centroamérica por el imperio norteamericano. Los acuerdos establecían un impuesto del 10 y el 20 por ciento al consumo, los que al final fueron rechazados en las calles por el pueblo. De allí se deriva el impuesto Sobre Ventas que originalmente fue de un tres por ciento, hasta la actualidad que es de un 12 por ciento, con pretensiones de los golpistas de elevarlo a un 15 por ciento.
La agitación política acompañada de las demandas populares, especialmente en Honduras y El Salvador, sólo pudo ser contenida con las maniobras de la Burguesía y la oligarquía de ambos países que llevaron a las dos naciones hermanas a un enfrentamiento bélico que se conoce como la guerra de las cien horas.
De allí surge la idea de los grupos oligárquicos del país de establecer un “Pacto de Unidad nacional” que les permitiera acuerdos de gobernanza de largo plazo. El proyecto no les funcionó ya que con el gobierno de unidad de Ramón Ernesto Cruz, la anarquía y la corrupción estatal se incremento. El Pacto no fue más que el reparto matemático de los empleos públicos, entre los dos partidos, liberal y nacional.
Para no perder la costumbre, de nuevo López Arellano toma las riendas del Estado, esta vez con un discurso populista y reformista, al contrario de la década anterior. Pero como los milicos siempre siguen siendo milicos, el gobierno cayó acusado de actos de corrupción al haber aceptado un soborno por parte de la transnacional Stándar Fruit Company.
Pasada la década de los setenta donde los militares eran los amos y señores del Estado, Centroamérica incluida Honduras, se enfiló hacia gobiernos de corte Democrático electos por el pueblo. Desde 1982 los gobiernos han sido electos cada cuatro años. El pueblo ya esta cansado y se ha empobrecido aún más con la aplicación de las medidas de ajuste estructural, por lo que ha pedido pasar de una democracia formal a una participativa. Ello no es bien visto por los sectores conservadores, la burguesía y la oligarquía, por lo que han tenido que recurrir otra vez a las barracas. Los militares de nuevo se convierten en árbitros de los anhelos de los hondureños.
De nuevo el 28 de junio los militares irrumpen y dan al traste con el gobierno legalmente constituido. Hasta San José, Costa Rica, envían al presidente José Manuel Zelaya. La represión militar aparece enseguida en todo Honduras, ante un pueblo valiente que se resiste a ser sometido de nuevo por la tiranía y la barbarie. Dentro de este marco quieren legitimar unas elecciones ilegales el 29 de noviembre de 2009. El pueblo, la comunidad internacional y las organizaciones sociales están claros, sin restitución constitucional, no puede haber elecciones legales.
Podrá montarse un nuevo fraude con las “Elecciones estilo Honduras”, pero el pueblo ya decidió. Sin MEL, no hay elección que sea aceptada por los ciudadanos de Honduras y la Comunidad Internacional.
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[1] Profesor Titular UNAH, ha publicado en la Revista Centroamericana de Economía, dos trabajos: Partidos Políticos Militares y Corrupción y Golpe Antidemocracia y Represión y esta listo para publicarse A Golpes Nada.
[2] Los conspiradores de ayer también legaron frutos golpistas hoy: Los hermanos villeda Bermúdez, Martha Lorena Alvarado, Enrique Ortez Sequeira, Carlos Flores Facusé, Tita zuniga de Masariegos, Antonio Rivera Callejas y otros.
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